martes, 29 de julio de 2008

EL INCENDIO DEL TALLER PARROQUIAL


La sirena de bomberos no tocó …en un camión y en camioneta se despertó a la gente para que acudan a ayudar en el incendio. Otros a pie dieron la alarma.
Pero¿ Quién fue el jinete que recorrió las calles galopando sin que nadie lo vea y nadie sepa hoy quien fue?

Eran las cuatro de la mañana , no se de que día ni de que año , pero era por allí por década del 80 . Veo por la ventana de mi pieza una nube luminosa y me doy cuenta que el taller parroquial se está quemando . Doy aviso a mis compañeros y salgo corriendo hacia el cuartel de bomberos para tocar la sirena . Esta no tocó y rápidamente voy donde Hugo Andrade y le pido que me ayude a despertar la gente porque se está quemando el taller . Hugo y Jovita salen rápidamente a pedir ayuda . Los primeros que se despiertan van a casa de bomberos y empiezan el movimiento para salvar la casa parroquial y la parroquia misma.
En una camioneta se subió una persona la cual a toda garganta gritaba ..incendio ….incendio … se quema la iglesia .

En ese momento sale el camión de don Manuel Godoy y recorre las calles tocando bocinas . También se escuchan las campana de la iglesia y en cuestión de minutos toda la comunidad estaba reunida sacando todo cuando podía para que no se quemara .

En medio de todo el alboroto , la gente decía “ escuché gritar incendio y vine a ver que pasaba” . Otros decían escuché las bocinas y las campanas “ . Una señora decía a mi tocaron la puerta .

Pero llamó la atención a otros que aseguraron que “una persona montando un caballo también salió a despertar a la gente “ . Para ese momento todo era normal . Sin embrago cuando comenzó a preguntarse quien fue el salió a galopar para llamar a la comunidad para buscar ayuda , nadie supo decir quien fue .

Algunos aseguraron que el galope del caballo era tan fuerte que muchos se despertaron y escucharon el alboroto de la comunidad. Nadie vio el caballo ni el jinete ,pero escucharon el galope . El sonido de los casco despertó a varias personas que cuando miraron por la ventanas vieron que algo pasaba y se sumaron a la ayuda . Hasta hoy y cuando han pasado muchos años , aún no he descubierto quien fue ese jinete que montando un caballo ayudó a despertar a la comunidad para que vaya a salvar los bienes de su parroquia .

El taller se quemó completo . Las salas de catequesis también . Algunos como , Rodrigo García y Hugo Andrade arriesgaron sus vidas por ayudar a salvar materiales de uso del padre José . Hugo salió con un cilindro de gas que estaba a punto de explotar y quemándose las manos lo llevó hasta la plaza . Rodrigo , en medio de denso humo entró a la bodega a sacar el combustible .
Esa mañana , fue mucha gente la que ayudó,quienes en medio del susto , escuchaban como el padre José tocaba su armónica ,comuna forma decir ; calma . Dios es tan grande y misericordioso que nos salvó del fuego.

Después que el fuego fue apagado , el padre José fue a la iglesia a rezar y es allí donde a su lado está el pastor de a Iglesia evangélica , quien también llegó a orar con él.

GRACIAS SEÑOR POR EL APOSTOL JOSE MAIRLOT



NO IMPORTANDO DONDE , CUANDO Y A QUE HORA , SI ALGUIEN NECESITA UNA PALABRA DE ALIENTO , EL PADRE JOSE SIEMPRE ESTARA ALLI .


Mi primer encuentro con este santo hombre fue en el invierno del año 2000, cuando era seminarista de la Arquidiócesis de Concepción, me encontraba enfermo, cuando por la tarde se acercó un hombre, se sentó en mi cama y con un castellano bastante enredado me preguntó como me llamaba y que me pasaba. Conversamos por un largo tiempo, me invito a rezar y me regaló una estampa de su jubileo sacerdotal, de inmediato pude captar en él una sensibilidad especial, reconocer a un hombre de Dios. Constantemente visitaba el seminario, lo recibíamos con mucha alegría y muchos de nosotros aprovechábamos la oportunidad para conversar, confesarnos etc. Siempre escuchábamos una palabra de aliento .Lo que más me impactó fue en la confesión ver la misericordia de Dios reflejada en un hombre tan sencillo y humilde.
Posteriormente lo visité muchas veces en su parroquia en Chacao donde lo acompañaba a las distintas comunidades, su celo apostólico era impresionante, llegábamos todos los días a las 12 de la noche, rezábamos completas y nos íbamos a acostar (claro que varias veces me levanté y lo sorprendí despierto orando, verdaderamente un testimonio de fe y de entrega) para levantarnos a las 5:30 a empezar un nuevo día, yo me preguntaba constantemente de donde le venía la energía (yo un joven 21 años al cabo de una semana me fue imposible seguir su ritmo). Pasaron varios inviernos y veranos en que lo visitaba y el hacia lo mismo ( en concepción).
Recuerdo que en otra oportunidad lo acompañe durante una maratónica jornada que a recorrer la isla comenzamos en Ancud, Castro, Achao, y su querido Queilén donde visitamos muchas familias que lo acogían con un cariño sobrecogedor, de ese viaje recuerdo 2 anécdotas:
Veníamos de regreso desde Queilén por unos caminos horribles (llovía mucho) muy de noche cuando nos hace parar un guardavías, detengo la camioneta y el padre lo saluda y comienzan a conversan, resultó conocer a toda su familia, luego él le pidió que lo confesara así k me baje de la camioneta en medio de la oscuridad y la lluvia y el padre se puso a ¡trabajar!, seguimos el camino de regreso a Castro (donde el padre me había dicho que pasaríamos al hospital), por lo tarde (3 a.m) pensé no despertaré al padre, sin embargo, el despertó justo en el momento que pasábamos por el hospital y me dijo ¡pasemos a visitar a los enfermos no pueden esperar!.
La segunda fue cuando llegamos a Ancud todo el viaje había hecho estragos en mí y me sentía muy mal (resfriado) el padre igual, así es que fuimos a médico, el sacó hora para mí y me acompaño a la consulta, mientras me examinaba el doctor sintió toser al padre y lo examino y resultó que él estaba muy enfermo (pero jamás hizo un gesto o manifestó alguna dolencia) el médico recomendó hospitalizarlo de inmediato en el hospital de Ancud, avisé al obispado y fuimos con Monseñor a visitarlo el por supuesto no estaba en su cama y andaba con la botella de suero en la mano y visitando a los otros enfermos!.

Sin duda doy gracias a Dios por haberme brindado la oportunidad de conocer a este hombre de Dios (que tiene fama de santidad) que con su testimonio de entrega, servicio y fe a dado a conocer el rostro sencillo, misericordioso y amable de Cristo en su amado
Chiloé.

Gracias Señor por tu apóstol José Mairlot.

Eduardo Parra Zambrano
Concepción-Chile