A LOS POCOS MINUTOS DE HABER PUBLICADO EN EL PORTAL "CHILOEWEB” ,SE ENTREGA EL SIGUIENTE TESTIMONIO QUE ENTREGAMOS EN FORMA TEXTUAL.
Que maravilloso poder escribir algo que en parte de a conocer lo que me inspira el Padre José.Un día llegué al hospital de Ancud con una hemorragia bastante considerable, supuestamente estaba "perdiendo" al hijo que llevaba en el vientre.Yo lloraba muchísimo, sobre todo cuando me dijeron que, efectivamente estaba muerto y que durante la noche "botaría" los restos. En ese entonces pasa el Padre José al lado mío y de mi esposo y me pregunta: "¿Qué te pasa chiquilla que lloras tanto?, no tienes nada que temer, Dios está contigo y nada le ha pasado a tu Guaguita...quédate tranquila nomás..." me impuso las manos y me pidió tener Fe. Yo seguí llorando durante toda la noche, sangrando y esperando que "caigan" los restos de embrión para llevarme al día siguiente al Pabellón. Cual no sería mi sorpresa que cuando llegó el Médico tratante en la mañana siguiente, me dijo "veamos de nuevo antes de llevarte a pabellón en una de esas ya cayó todo anoche" y con total desconcierto descubre que no había ninguna señal de sangramiento y que el bebé estaba vivo, ni siquiera con algún signo de desprendimiento. Hasta el médico que no es muy apegado al cristianismo dice: "si uds. son creyentes, denle gracias a Dios porque esto fue obra suya". Desde ese día rezo a diario por el Padre José, la imposición de sus Santas Manos con la Gracia del Espíritu Santo hicieron posible que, hasta el día de hoy, mi guagua crezca normal y feliz en mi vientre. Ya tengo 30 semanas y será una mujer. Bendito sea el Padre José que desinteresadamente se sienta en los pasillos del Hospital a esperar bebés que vienen al mundo y a auxiliar a quienes están partiendo. Hasta Pronto.
Que maravilloso poder escribir algo que en parte de a conocer lo que me inspira el Padre José.Un día llegué al hospital de Ancud con una hemorragia bastante considerable, supuestamente estaba "perdiendo" al hijo que llevaba en el vientre.Yo lloraba muchísimo, sobre todo cuando me dijeron que, efectivamente estaba muerto y que durante la noche "botaría" los restos. En ese entonces pasa el Padre José al lado mío y de mi esposo y me pregunta: "¿Qué te pasa chiquilla que lloras tanto?, no tienes nada que temer, Dios está contigo y nada le ha pasado a tu Guaguita...quédate tranquila nomás..." me impuso las manos y me pidió tener Fe. Yo seguí llorando durante toda la noche, sangrando y esperando que "caigan" los restos de embrión para llevarme al día siguiente al Pabellón. Cual no sería mi sorpresa que cuando llegó el Médico tratante en la mañana siguiente, me dijo "veamos de nuevo antes de llevarte a pabellón en una de esas ya cayó todo anoche" y con total desconcierto descubre que no había ninguna señal de sangramiento y que el bebé estaba vivo, ni siquiera con algún signo de desprendimiento. Hasta el médico que no es muy apegado al cristianismo dice: "si uds. son creyentes, denle gracias a Dios porque esto fue obra suya". Desde ese día rezo a diario por el Padre José, la imposición de sus Santas Manos con la Gracia del Espíritu Santo hicieron posible que, hasta el día de hoy, mi guagua crezca normal y feliz en mi vientre. Ya tengo 30 semanas y será una mujer. Bendito sea el Padre José que desinteresadamente se sienta en los pasillos del Hospital a esperar bebés que vienen al mundo y a auxiliar a quienes están partiendo. Hasta Pronto.
Claudia Trujillo Nayán
Alonso Marío Vera
Comunicador Social
Queilen
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